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A la izq. Fidel Castro y a la
Der. Oswaldo Martínez |
Credito:
Cubaencuentro.com | | |
14
de noviembre de 2009.-Para el economista cubano, director del
Centro de Investigaciones de la Economía Mundial de La Habana
y presidente de la Comisión Permanente de Asuntos Económicos
del Parlamento de Cuba, Osvaldo Martínez, la integración
latinoamericana tiene que abrirse paso luchando y tomando en
cuenta las asimetrías entre los países. ¿El reto? Constituirse
en un modelo incluyente.
Así lo aseguró este viernes,
durante su intervención en las Jornadas Permanentes de
Economía Política Latinoamericana, convocadas por el Banco
Central de Venezuela, la Universidad Latinoamericana y del
Caribe y la Universidad Bolivariana de Venezuela. Martínez
participó como ponente junto a representantes de Brasil,
Chile, México y Venezuela, quienes expusieron bajo el lema
general del evento: “Crisis del capitalismo, una mirada desde
el Sur”.
“Necesitamos avanzar en una verdadera
integración latinoamericana, es la gran lección que la crisis
(actual) nos da”, afirmó Martínez.
Opinó que la unidad
debe abordarse de distintas maneras, no sólo bajo el enfoque
comercial como Aladi, Pacto Andino o Mercosur; más bien una
integración tipo ALBA, basada en principios de inclusión y de
enfrentamiento a los intentos de hegemonía estadounidense.
“Nuestro modelo de integración tiene que ser de
constante lucha contra el modelo hegemónico norteamericano.
Tiene que basarse en criterios de mercado y ventajas
comparativas, pero también introducir elementos de solidaridad
con los menos desarrollados y más necesitados, con una visión
bolivariana y con una concepción tipo ALBA, que contenga
además las necesarias transformaciones políticas. Este proceso
será difícil y de largo aliento, pero hay que transitarlo. No
podemos seguir soportando los vaivenes de crisis de economía
mundial en calidad de parientes pobres pasivos que sufren las
consecuencias pero que no participan de las soluciones”.
Martínez esgrimió cifras para ilustrar este punto.“Las
ganancias en reducción de porcentajes de hambre logradas en
los últimos 15 años se borraron en sólo un año de crisis.
Vuelve a haber 53 millones de hambrientos en América Latina y
el número de pobres debe rondar los 200 millones,
retrocediendo en los lentos avances que se habían alcanzado en
los últimos cinco años”.
La crisis está lejos de
superarse
Martínez afirma que la crisis económica
estadounidense sigue latente y conserva un grave riesgo de
tener recaídas, aunque mediáticamente se transmita el mensaje
de que quedó atrás y EEUU está en fase de recuperación.
“Hay que estar pendiente en Estados Unidos con dos
burbujas que pueden hacer crisis, como lo son la del sector
inmobiliario comercial y la de las tarjetas de crédito; sin
descuidar, por supuesto, la situación del desempleo. Esto hay
que mirarlo con objetividad, ya que a la argumentación de que
la tasa se situó en 10,2% (aproximadamente 18 millones de
desempleados), hay que agregarle al menos otros seis millones
que trabajan en puestos informales con una precaria base de
seguridad; otros dos millones de desalentados que ya no buscan
trabajo, lo que representa. uno de cada seis trabajadores
estadounidenses desempleados y ello repercute sobre la demanda
efectiva”.
El expositor completa el panorama. “Con el
crédito paralizado y seis millones de familias bajo la amenaza
de ser desalojadas de sus viviendas, el horizonte no es
halagador. Además el consumo, que es el motor que mueve la
economía de EEUU, está prácticamente paralizado en este
momento”.
Riesgo en Europa
El economista cubano
refirió en su presentación que en Europa también la situación
es débil en términos de una recuperación.
A su juicio,
hay dos escenarios posibles: estancamiento crónico, como el
que padeció Japón entre 1990 y 2005, a raíz del estallido de
una burbuja financiera inmobiliaria; o una nueva caída en
recesión profunda para el 2010, lo que algunos han denominado
una recesión de doble zambullida, ya que se atenuarían los
paquetes de estímulo en Estados Unidos sin recuperación del
consumo.
Martínez reiteró que la situación global
actual puso sobre el tapete el viejo tema de las crisis
capitalistas, que parecía sepultado por el tiempo transcurrido
desde 1929. “El sistema sigue tendiendo a generar grandes
crisis, que se repiten sistemáticamente. El sistema encuentra
el modo de recomponerse, pero crea ruina, desempleo y
desesperación”.